CABEZAS, CAMILO EDUARDO
Ya lo decía el poeta Joseph Brodsky, la poesía es pura semántica, y eso tantea este libro, aquí la palabra se sopesa a sí misma. El poema niega la palabra que se apelmaza sin decir. Los poemas de La estación transparente, discurren en una sintaxis como ejes estructurales y reemplazo de estos por patrones visuales y auditivos, predominio del verso corto y espacios vacíos como otra forma de escritura. Cadencia delicada de la frase, lenguaje de giros vanguardistas, lo coloquial no ronda este poemario, apenas como locación, insinuación de un acontecer, escenografía arquitectónica urbana, énfasis ambiental en la descomposición y deterioro. Construye lo nuevo con materiales de todos los tiempos de una vida peregrina. En la caída hay una suerte de pregunta para el hombre masa del que ya no se espera nada. Atisbos de un lenguaje callejero que se inserta en la locución propicia que lo desvanece con Encaletados / Funciones de 8 / Tanque abierto / Columpios de larga gestación; palabra callejera, palabra clandestina. Celedonio Orjuela Duarte