MIGUEL, LUNA
Lectora estima que le quedan tres mil cuarenta y seis días de vida y quiere leerlo todo antes de morir. Cuando empieza el verano se propone leer, en una semana, las ochocientas páginas de El mar, el mar, de Iris Murdoch. Días después, eleva la vara: va a beberse, en tres jornadas, el Ulises de Joyce. u00bfPor qué lo hace? Porque está loca; porque leer nos mata y renacemos al terminar un libro. Entre uno y otro reto, se devela como Lectora Bulímica, Lectora Enfermiza, Lectora Amorosa, Lectora Sumisa, Lectora Somática. Ella lee en la cama, en el bus, en el bar emborrachándose con vino, en la la de los taxis, mientras camina. Aunque las referencias a Woolf, Proust, Chesterton, Piglia o Wharton podrían alertar que estamos ante una erudita, no debemos confundirnos: Lectora es una guarrilla y carece de técnica; es torpe y capaz de burlarse de sí misma. Ella no teme olvidar lo leído, reconoce que leer duele y que los libros son peligrosos si los lees con la intensidad que asumes la vida.