LORI SAINT-MARTÍN
Inmensa es la brecha que separa la u00abou00bb de la u00abyu00bb, la conjunción disyuntiva de la bien nombrada copulativa. u00abErotismo o pornografíau00bb evoca una oposición e incluso una batalla; obliga a tomar partido. Y, de hecho, el esfuerzo por distinguir entre los dos u2013en general para valorar a un término, casi siempre el primerou2013 ha hecho correr ríos de tinta, producido extrañas alianzas y generados debates interminables, sin que se lograse trazar una frontera nítida. En cambio, la fórmula que hemos elegido para este libro, u00abErotismo y pornografíau00bb, abre un espacio de exploración, no de conflicto. Un espacio de puro goce. Los colaboradores reunidos en este libro no persiguen ningún consenso ni intentan tapar sus propias contradicciones y ambivalencias. No buscan respuestas definitivas; apenas hacen preguntas. Están en el espacio del juego libre, que es el espacio propio del ensayo u2013y del erotismo. Con lirismo o humor, hablan de sí, de los otros, hablan de los cuerpos, las imágenes, los deseos, los terrores, las fantasías y, antes que nada, de las palabras. Muy llamativa es la variedad formal de los textos, que abarcan la reflexión académica, la autobiografía, la ficción, la meditación literaria, la poesía y hasta un diccionario bastante poco habitual. No dicen u00abou00bb: dicen u00abyu00bb. La voz que susurra, la mano que roza el teclado, el papel, la piel: la escritura es un acto vivificante, un acto erótico. La lectura también.